jueves, 17 de septiembre de 2015

Efemérides

El 17 de septiembre de 1963 muere en Madrid, a los dos años de su vuelta del exilio,  el dramaturgo asturiano Alejandro Rodríguez Álvarez, mas conocido como: Alejandro Casona
Alejandro Casona, nació en Besullos (Cangas del Narcea-Asturias) el 23 de marzo de 1903. Cursó estudios en la universidades de Oviedo y Murcia, y en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. Se inició en el mundo teatral dirigiendo una compañía de aficionados, el Teatro de las misiones pedagógicas, formada por los alumnos del instituto del Valle de Arán, del que era profesor. La enseñanza constituyó, ciertamente, una faceta importante en la primera etapa de su vida, ya que fue nombrado inspector de Enseñanza Primaria durante la República, y publicó una primera obra de teatro infantil, El pájaro pinto.
Después de una breve incursión en el campo de la poesía -La flauta del sapo (1930)- en 1932 publicó Flor de leyendas, colección de leyendas clásicas y medievales, que le valió el Premio Nacional de Literatura y, en 1934 -año en que decidió dedicarse por completo a la dramaturgia-,La Sirena varada, por la cual recibió el Premio Lope de Vega.
Su teatro rompió los moldes estilísticos establecidos en el teatro predominante naturalista de la época, e introdujo materiales nuevos para conformar sus personajes, tales como la investigación psicológica y la fantasía. La gran preocupación del autor fue dotar en todo momento de una gran dimensión poética a su teatro. Antes de la guerra civil publicó aún dos obras: Otra vez el diablo, de 1935, y Nuestra Natacha, de 1936, obra dominada en su temática por inquietudes políticas de reforma social.
Comenzada la Guerra "incivil" Alejandro Casona se exilio en México donde publicó Prohibido suicidarse en primavera (1937), en la que introdujo su tema favorito de "la casa de los sueños" como lugar en el que las ilusiones y la realidad se confrontan. Posteriormente, se estableció de forma definitiva en Buenos Aires, desde donde cosechó un gran éxito internacional. 
Allí vieron sucesivamente la luz Las tres perfectas casadas (1941) y La dama del alba (1944), tal vez su obra más representativa, en la que el tema de la muerte está tratado con hondura delicada y notable gravedad. Le siguieron La barca sin pescador (1945), La molinera de Arcos(1947), Los árboles mueren de pie (1949), La llave en el desván (1951), Siete gritos en el mar(1952), La tercera palabra (1953), Corona de amor y muerte (1955), La casa de los siete balcones (1957) y Retablo jovial (1962),  Sancho Panza en la ÍnsulaEntremés del mozo que casó con mujer bravaFarsa del cornudo apaleadoFablilla del secreto bien guardado y Farsa y justicia del Corregidor.
A su vuelta del exilio, en 1963, aún estreno una última obra, El caballero de las espuelas de oro (1964), sobre la figura de Quevedo. Carente en ocasiones de auténtica fuerza dramática, sus valores teatrales y literarios, así como poéticos y humanos, lo destacan no obstante como uno de los grandes autores de la escena española e iberoamericana del siglo XX
Su obra la completan traducciones y adaptaciones de autores clásicos así como diversos ensayos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario